Virtual mentoring: cómo crear y llevar a cabo iniciativas exitosas

Virtual mentoring ha dejado de ser un término insólito utilizado para impresionar a los responsables de RRHH y se ha convertido rápidamente en una realidad.  

En los últimos dos años las empresas tuvieron que adaptar sus programas de tutoría tradicional al nuevo entorno híbrido. Algunas consiguieron crear iniciativas exitosas, otras tuvieron dificultades en manejar la complejidad de este nuevo paradigma. Lo que queda claro es que no hay vuelta atrás. Sobre todo, teniendo en cuenta las reclamaciones de las nuevas generaciones de trabajadores, ansiosos de que las empresas adopten una vida laboral digital que les pueda permitir crecer como profesionales en este nuevo marco.

Antes de crear nuevos programas de virtual mentoring es fundamental tener en cuenta qué se necesita para llevar a cabo iniciativas exitosas y orientada hacia el futuro: 

1. Entender el contexto

El éxito del virtual mentoring depende en gran medida de la existencia de una cultura de teletrabajo eficaz. El desarrollo de una cultura de trabajo en remoto requiere una facilitación por parte de la empresa, para asegurar que sus trabajadores se sientan cómodos al construir relaciones virtuales. 

Además de eso, los nuevos programas de virtual mentoring desmontan el antiguo paradigma lineal, con el alumno aprendiendo de su mentor de forma unidireccional.  

Hemos entrado en una etapa única en la que las generaciones más jóvenes de trabajadores (Millennials y Gen Z) son 100% nativas digitales y dominan las habilidades digitales mejor que las generaciones precedentes. Por lo tanto, hay que crear un entorno bidireccional en el que el alumno pueda ayudar a su mentor, tanto como el mentor pueda ayudarle a él. 

2. Equiparse con la tecnología adecuada

Para realizar iniciativas de virtual mentoring es imprescindible utilizar tecnologías de comunicación simples y eficientes.  

Durante la pandemia de Covid-19, las videollamadas, las reuniones virtuales y la formación en forma de webinar se han convertido en las mejores opciones, por lo que no hay razón para que la tutoría no sea igual. Es importante contar con un conjunto de herramientas de comunicación abiertas a este estilo de tutoría, métodos sincrónicos (Skype, Slack, chats, llamadas) y asincrónicos (correos electrónicos, newsletters, documentos compartidos).  

Y, aun así, la conexión puede ser difícil de mantener cuando se trata de lugares de trabajo virtuales. Por esta razón, los mentores y los alumnos de los programas de tutoría virtual deben intentar ser proactivos a la hora de mantenerse en contacto: la tecnología por sí sola es un buen punto de partida. 

3. Facilitar la comunicación y el intercambio de conocimientos

Los programas de virtual mentoring, como todos los programas de tutoría, pueden facilitar la creación de un entorno seguro y de confianza para que los empleados expresen a sus mentores cualquier problema que puedan tener en el lugar de trabajo. El virtual mentoring se presenta como forma muy eficaz de apoyar a los equipos remotos en esta nueva época. 

virtual mentoring

4. Crear un programa dinámico y flexible

La belleza de la tutoría virtual es que la localización ya no es un factor. En muchos programas de tutoría tradicional, los mentores y los alumnos suelen estar en la misma oficina, por lo que pueden conocerse en persona. Sin embargo, dado que muchas oficinas siguen parcialmente cerradas y el teletrabajo es cada vez más popular, la tutoría virtual ofrece más oportunidades para que se formen relaciones que nunca se habrían creado en una oficina. 

Un programa virtual tiene algunas ventajas claras: por ejemplo, la capacidad de proporcionar acceso a la tutoría a cualquier persona, en cualquier momento. Por eso, los programas de virtual mentoring deberían siempre tener como eje central las políticas de igualdad, diversidad e inclusión, facilitando el encuentro de personas de diferentes orígenes o culturas e impulsando conversación e intercambio de conocimiento. 

Debido a la flexibilidad que ofrece la tutoría virtual, las personas pueden tener fácilmente varios mentores y tratar varios temas a la vez. Hay menos trámites administrativos que si estuvieran en un programa formal de mentores en su oficina, o si se pusieran en contacto con personas de su red. 

Conclusión

Un programa de tutoría virtual puede ser tan eficaz como una tutoría tradicional. En algunos casos, puede ayudar a crear estabilidad y bienestar para los empleados.  

Los participantes en los programas virtuales aprecian la flexibilidad de la tutoría virtual, la libertad que proporciona la distancia y, en definitiva, el impacto positivo que esta nueva metodología aporta a su crecimiento profesional. 

No hay dudas de que la tutoría virtual pueda tener el mismo impacto positivo que una tutoría presencial, siempre que esté bien planificada y gestionada con tecnologías adecuadas. 

 

 Elena Gatti

 

 

 

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