Mitos de la formación obligatoria en las compañías

por Feb 15, 2022Sin categorizar

En el artículo de hoy os queremos hablar sobra las ventajas de terne un plan de formación obligatoria en las compañías, no es que lo digamos nosotros, sino que según un reportaje de McKinsey, los empleados dedican 1,8 horas al día a buscar y recopilar informaciones para realizar sus trabajos. Esto solo nos lleva a una pregunta: ¿estamos seguros de que la formación repartida es suficiente para cubrir todas las reales necesidades?  

Existen muchas teorías sobre la formación profesional realizada para los empleados.  En general, existen cuatros casos fundamentales donde la formación obligatoria se realiza: 

    1. Para las nuevas incorporaciones, esta formación incluye temas como la misión y la visión de la empresa, las normas base y las condiciones de trabajo.
    2. Para los empleados existentes, que en muchos casos reciben formación básica para refrescar y mejorar sus conocimientos sobre temática concretas de sus día a día.
    3. Para la introducción de nuevas herramientas o cambios de procesos, si se producen actualizaciones o modificaciones en la tecnología utilizada, se imparte formación para hacer frente a esos cambios.
    4. Para cambios de puesto de trabajo, se imparte formación para que los empleados estén preparados para asumir las responsabilidades del trabajo de nivel superior.

Esa es la teoría, pero independientemente de quiénes seamos o donde nos ha llevado nuestra trayectoria laboral, todos hemos trabajado, en un momento u otro, en una situación de falta de formación.  

 La formación sigue siendo percibida por muchas empresas como algo procedimental y táctico.   En la era industrial, a través de la formación se aseguraba que los empleados supieran cómo realizar sus tareas básicas antes de lanzarlos a las operaciones cotidianas de la empresa.  Esta formación se centraba en cómo hacer el trabajo requerido con éxito. Y esto era suficiente.  

 Aunque muchas personas hoy día entiendan y aprovechan de los beneficios de la formación continua de forma autónoma y independiente, aprendiendo nuevos conocimientos de forma constante y activa para prepararse para un trabajo nuevo o mejorado, gran parte de esta formación implica conocimientos y habilidades generales de la industria, y nada que sea realmente específico para un puesto individual dentro de una empresa. En alternativa, cuando los empleados se ponen a buscar informaciones puntuales, muchas veces tardan en encontrar lo que realmente necesitan, y eso se convierte en un coste oculto para las empresas.  

También estamos detectando que gran parte de la formación que se imparte en las empresas, se queda corta para desempeñar las funciones necesarias por los trabajos más complejos, ya que las lecciones aprendidas son más genéricas, están orientadas a áreas y no a roles o simplemente no permiten suficiente práctica para ser completas.  

El siguiente problema de la falta de formación en las empresas está relacionado con la velocidad a la que se produce la formación específica para un puesto determinado. Esto se traduce en una disminución de la productividad, un aumento de los errores y una baja moral de los empleados.   

Por lo tanto, con el coste que supone la falta de formación, merece la pena que las empresas hagan un esfuerzo considerable para formar a los empleados de manera que sean competentes, preparados y tengan confianza en su trabajo. Esto no sólo les hace más felices, sino que se traduce en mejoras visibles en los resultados económicos.  De ahí que abordemos el siguiente punto de nuestro artículo hablando de la importancia de establecer un plan de formación obligatoria en las compañías acorde al equipo humano y sus tareas.

Los beneficios de la formación obligatoria en las compañías

Podemos resumir en 5 puntos los grandes beneficios de la formación, aunque por supuesto, existen infinidad des beneficios que nos darían para escribir una trilogía de libros:

  1. Mejoría de la moral de los empleados: La formación ayuda los empleados a conseguir seguridad y satisfacción en el trabajo. Cuanto más satisfecho esté el empleado y mayor sea su moral, más contribuirá al éxito de la organización y menor será el absentismo y la rotación de personal. 
  2. Menos supervisión: Unos empleados bien formados conocerán bien sus trabajos y necesitarán menos supervisión. Por lo tanto, habrá menos pérdida de tiempo y esfuerzos. 
  3. Reducción de los errores: Es probable que se produzcan errores si los empleados carecen de los conocimientos y las habilidades necesarios para realizar un determinado trabajo.  
  4. Mayores posibilidades de subidas/promociones internas: Los empleados adquieren habilidades nuevas durante la formación y se convierten en más elegibles para la promoción. 
  5. Más productividad: Los empleados bien formados muestran un mayor rendimiento tanto cuantitativo como cualitativo.  

 Los beneficios de invertir en la formación son claros, pero, aun así, muchas empresas consideran que la formación obligatoria tenga que ser algo mínimo y de bajo impacto. Muchas veces, no se prioriza la formación y el tiempo que se le dedica es lo mínimo requerido por ley.   

Afortunadamente, otras realidades más virtuosas están invirtiendo en formación obligatoria: creando rutas de aprendizajes por rol específicos y priorizando el tempo de la formación, bloqueando en los calendarios de los empleados horas semanales sin reuniones para realizar estas actividades de forma protegida y regular.  

 

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