Escenarios en la formación bonificada para empresas

Formación bonificada en empresas

Hace ya un tiempo, una transformación sorprendente alteró nuestra forma de vivir. La pandemia, al llegar, no solo cambió radicalmente nuestro día a día, sino que también aceleró la revolución digital de una manera que nadie anticipaba. De repente, nos vimos inmersos en escenarios cambiantes que requerían una adaptación urgente. Sin embargo, tanto empresas como empleados se encontraron desprevenidos ante esta rápida transformación, con un déficit evidente en cuanto a formación continua.

En España, todas las empresas tienen asignado un crédito anual para la formación de sus empleados, un fondo que se determina según las contribuciones realizadas en concepto de formación profesional durante el año anterior y el número total de empleados. A pesar de esta disposición, un artículo publicado por Cinco Días en El País reveló que solo el 20% de las empresas españolas aprovecha este crédito. Es decir, solo dos de cada diez empresas están utilizando este recurso para capacitar a su personal. Estas cifras, ciertamente bajas, merecen un análisis detenido.

En el contexto actual, las empresas necesitan más que nunca contar con empleados preparados para enfrentar los constantes cambios del mercado y del entorno. A medida que los trabajadores estén más cualificados, será más sencillo que se adapten y contribuyan a mejorar la competitividad, la productividad y la rentabilidad de la empresa.

 

El papel de la formación continua en las organizaciones

 

La formación no solo mejora las habilidades y conocimientos laborales, sino que también aumenta la confianza de los empleados, haciéndoles sentir valorados y apoyados en su entorno laboral. Esto, a su vez, incrementa su motivación y les permite abordar sus tareas con mayor seguridad.

Una sólida formación en las habilidades requeridas para el puesto de trabajo puede facilitar la promoción interna de los empleados, evitando la necesidad de recurrir al mercado laboral. Esto tiene el beneficio adicional de que el empleado promovido ya está familiarizado con la cultura y los procedimientos internos de la empresa, lo que reduce los tiempos de adaptación y conduce a resultados más rápidos y eficientes.

Si evaluamos estos aspectos, resulta evidente que el retorno de la inversión en formación es significativamente mayor que los costos involucrados. Sin embargo, surgen varias preguntas pertinentes: ¿Por qué estas cifras son tan bajas? ¿Cuál es la razón detrás de la falta de uso del crédito? ¿Se debe a la falta de información o al desconocimiento de los procedimientos? ¿Existe alguna incertidumbre en cuanto a la correcta gestión del crédito y el cumplimiento de los requisitos?

 

Analizando el entorno de la formación bonificada

 

Cuando se trata de subvencionar la formación, es crucial seleccionar programas de calidad que se adapten a las necesidades tanto de la empresa como de los trabajadores. Además, es fundamental elegir proveedores de formación que cuenten con los mejores formadores y los recursos adecuados, y que estén plenamente familiarizados con los requisitos regulatorios. 

Es esencial que las entidades encargadas de la formación puedan identificar las necesidades reales de formación, tanto de las empresas como de los empleados, y que cuenten con las herramientas necesarias para satisfacer las demandas del teletrabajo.

A medida que las clases presenciales van recuperando su lugar en las organizaciones, es evidente que las aulas físicas ya no son tan indispensables como antes. En su lugar, es cada vez más crucial contar con entornos virtuales que integren herramientas para la enseñanza en línea, facilitando la colaboración y reduciendo los costos asociados con la formación presencial. 

Un campus virtual que cumpla con los requisitos establecidos por FUNDAE, incluyendo aulas virtuales, es esencial en este nuevo paradigma. Debe permitir tanto la formación sincrónica como asincrónica, registrar la actividad de los participantes y ofrecer herramientas de comunicación efectivas.

 

En DEXS, nos encargamos de gestionar las acciones formativas bonificadas para nuestros clientes, contando con un campus virtual que ofrece diversas modalidades de formación aptas para la bonificación.

Como dijo Benjamín Franklin, «Invertir en conocimiento siempre produce los mejores beneficios».

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