Aprender a comunicar para llegar más lejos: los tres pilares de la comunicación eficaz

Estamos rodeados de procesos comunicativos. Nuestro día a día es una gran conversación que, a veces, mantenemos con otras personas y, de vez en cuando, mantenemos con nosotros mismos. Si nos ponemos a pensar en todas las conversaciones que tenemos desde que nos levantamos hasta que finaliza nuestro día, la lista sería infinita. Ahora, párate a pensar… ¿son todas las conversaciones igual de importantes?

Podríamos decir que existen dos grandes tipos de conversaciones: las que son triviales y no tienen una relevancia en nuestro día a día; y las que son eficaces porque marcan un antes y un después. Estas últimas, son esas conversaciones que nos hacen pensar, que nos hacen aprender y que, sin duda, nos ayudarán a crecer profesional y personalmente. Suponen un desarrollo para nosotros.

Por eso, es de vital importancia utilizar la comunicación como una herramienta a nuestro favor, aprendiendo a manejar sus matices y controlando algunos aspectos que, sin duda, harán que nuestro mensaje sea mucho más potente y eficaz.

Conocer los tres pilares de la comunicación será un paso fundamental para poder avanzar en nuestro desarrollo comunicativo que nos permitirá transmitir nuestras ideas, emociones, sentimientos, inquietudes, etc., con mayor fluidez y más seguridad. ¿Te apetece conocerlos?

El primer pilar

Aunque pueda parecer obvio, el primer pilar de la comunicación eficaz nos habla de que hay un momento para todo. Cada situación es una conversación diferente, y el conjunto de un montón de conversaciones en situaciones diversas, nos hace estar donde estamos. Dicho de otra manera: las cosas que vivimos no suceden de la noche a la mañana. Van pasando poco a poco y son un conjunto de decisiones, de conversaciones y de esfuerzo.

Muchas veces, mantener una conversación en el momento preciso y con la persona adecuada, te ayudará a conseguir lo que deseas. A veces, las conversaciones son el punto de inflexión para que las cosas sucedan, pero… ¿qué pasa cuando no tenemos el valor para mantener una conversación? Como podrás imaginar, las probabilidades de que aquello que queremos suceda, disminuyen considerablemente. Por eso, si decimos en voz alta lo que queremos conseguir, posiblemente lo hagamos.

Y, he aquí, el primer pilar para hacer que nuestras conversaciones nos lleven más lejos: debemos tener la valentía para buscar y encontrar la conversación de cada momento, afrontándola y sin perder de vista nuestro objetivo.

El segundo pilar

Seguro que has escuchado en alguna ocasión refranes como “las relaciones son como una planta, hay que regarlas todos los días” o “hablamos mucho de florecer, pero poco de regar”, etc. Y es que, el segundo pilar tiene mucho que ver con esto, porque la conversación es la relación y, esto, es algo que no debemos olvidar jamás.

Las conversaciones eficaces son como el agua que mantiene viva una planta. Por ejemplo, si no tienes conversaciones con tus compañeros y compañeras de trabajo que te hagan crecer, aprender, desarrollarte, etc. Posiblemente el ambiente no sea muy bueno y quizás, con el paso del tiempo, permanecer en ese equipo no tenga ningún beneficio para ti. Al final, las conversaciones son como el agua con el que regamos una relación, sea del tipo que sea, y en base a la calidad de dicha agua, la relación crecerá más o menos.

Unamos entonces el primer pilar con este segundo. Ya hemos encontrado el espacio perfecto para mantener esa conversación, lo que sería nuestro primer pilar. Ahora, llega el momento de dotar de calidad esa conversación. Para hacer que una conversación tenga calidad es necesario hablar desde dos perspectivas: la racional y la emocional. A veces, solo comunicamos desde la primera perspectiva y, sentimos que nuestro mensaje no llega. Esto es porque las conversaciones que incluyen nuestras emociones, sentimientos, anhelos, deseos, etc. Serán conversaciones mucho más expresivas, llegarán a la otra persona con mucha más fuerza y nos ayudarán a conectar mejor con el otro.

No olvidemos que todas las personas sentimos y nos emocionamos como mecanismo de adaptación al medio y esto nos ayuda a posicionarnos en el lugar del otro. Cuantas más conversaciones con calidad mantengas con una persona, mejor será la relación que tengas con esta.


El tercer pilar

Y, por último, vamos a hablar del tercer pilar y para ello, me gustaría que contestarás a unas preguntas:
¿Qué es para ti la realidad?
¿Qué es para ti la verdad?

Para poder contestar a estas dos preguntas, vamos a hacer un viaje imaginario hasta la India. La cultura, la educación, las tradiciones, la sociedad y los valores de allí serán bastante diferentes a lo que estamos acostumbrados. Posiblemente, aspectos básicos del día a día como desayunar, saludar a otra persona o el tráfico serán completamente diferentes. Sin duda, las personas que viven y/o son de la India, tienen una realidad diaria bastante diferente a la nuestra, ¿verdad?

Por eso, podemos decir que la realidad no existe. Al menos, no existe una única realidad, una única verdad. Todas las personas vemos el mundo a través de nuestra ventana de contexto. Esta ventana se construye con nuestra cultura, nuestra educación, la sociedad en la que crecemos, nuestras creencias, valores, vivencias, etc. Y, por eso, no existe una única verdad o realidad ante una misma circunstancia. No existe porque cada persona ve ese hecho desde una ventana diferente.

El tercer pilar para hacer que nuestras conversaciones nos lleven más lejos es que prestemos atención a la realidad y a la verdad de la otra persona a la hora de mantener una conversación. Es decir, que seamos capaces de observar más allá de nuestra ventana de contexto.

Si quieres más información de este tema puedes ampliar en:
• Goleman, D. (2012). El cerebro y la inteligencia emocional. Barcelona: Ediciones B.
• Rojas Marcos, L. (2019). Somos lo que hablamos: el poder terapéutico de hablar y hablarnos. Barcelona: Grijaldo.
• Scott, S. (2002). Fierce Conversations. United States: Viking Press.3

 

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